Algunos sectores de ideologías fosilizadas y gremialismo de discurso rancio estigmatizaron, tiempo atrás, la preocupación de los empresarios porque la población tuviese una mejor educación.
Argumentaban que se trataba del interés particular del sector privado en formar hombres y mujeres para que trabajasen en sus empresas, como si hubiese algo pecaminoso en ello.
Cometían aquellos el mismo error que la nueva ideología, esa que está contra todo, pero, sin proponer nada, comete hoy al considerar una afrenta la idea de Friedman según la cual, la mejor responsabilidad social de una empresa consiste en generar ganancias. Queda clarísimo que si la empresa no se sostiene a sí misma tampoco puede hacer sostenible a la sociedad, y la filosofía de RSE, como pivote para generar interés colectivo y equilibrio social, sería una quimera.
El interés del sector privado en una educación de calidad es genuino y válido; es más, imprescindible para el desarrollo sostenible de la nación, y tanto aquí, como en otros países de Latinoamérica y el resto del mundo civilizado, es un objetivo que se persigue conjuntamente con los esfuerzos del Estado y el presupuesto público derivado de los contribuyentes, los organismos internacionales de cooperación y las entidades de la sociedad civil que trabajan en el ámbito educativo.
Acción Empresarial por la Educación (EDUCA), organización sin fines de lucro, nació a finales de los años 80 con el propósito de articular iniciativas de los sectores público y privado, para planificar estratégicamente una mejora cualitativa progresiva en la calidad de la educación, tanto por parte de los maestros, dotándolos de capacitación y mejores prácticas y técnicas didácticas, como con los alumnos, creándoles un ambiente óptimo y poniendo en sus manos herramientas y métodos de aprendizaje para su mejor desempeño y desarrollo como educandos, individuos y ciudadanos.
Al fundar EDUCA e integrar en sus organismos a hombres y mujeres representativos del empresariado y de sectores profesionales conocedores de la problemática de la educación en ecosistemas sociales subdesarrollados como el nuestro, Don Gustavo Tavares fue más que un visionario y ciudadano ejemplar.
EDUCA se crea cuando llegaba a su fin la llamada década perdida de América Latina, que sumió al país en una grave crisis económica y social, colocando el sistema educativo al borde del colapso total. Un esfuerzo mancomunado, hacia finales de ese decenio, de los profesores organizados, el Estado, los empresarios privados, universidades, organismos de cooperación y de financiamiento internacionales, y EDUCA trabajan para diseñar e implementar el Plan Decenal de Educación, un primer paso relevante, aunque no definitivo en la solución del problema de la calidad de la educación.
En sus 27 años de vida institucional, esta entidad ha desarrollado importantes proyectos y ha sido una interlocutora de excepcional desempeño para conciliar intereses a favor de la educación básica de calidad en el país.
EDUCA tiene por delante importantes e impostergables desafíos en materia de ejecución de proyectos, investigaciones e incidencia en políticas públicas. También, programas orientados a una mayor inclusión en materia social y de innovación, que crean mayores y más ventajosas oportunidades de estudio y trabajo a los dominicanos. Nuestro reconocimiento a la Junta Directiva que presidió Elena Viyella de Paliza en los últimos dos períodos y los mejores augurios para la nueva directiva 2016-2018.
EDUCA espera y necesita de un mayor respaldo por parte de los empresarios con visión de ciudadanía corporativa.
El éxito de una empresa está estrechamente vinculado a la creación de oportunidades, al desarrollo del talento y la capacitación, y a la construcción de una sociedad y un mundo mejores, con más equidad y menos pobreza.