No hay ninguna razón que justifique afectar el Derecho fundamental a que todo niño, niña y adolescente reciba una educación de calidad.
Santo Domingo, Distrito Nacional, 7 de septiembre de 2018. – EDUCA, Acción Empresarial por la Educación, ha manifestado su preocupación y consternación, por el comunicado divulgado el pasado 6 de septiembre de 2018 por la seccional San Francisco de Macorís, del Sindicato Mayoritario de los Maestros y Profesores Dominicanos. El Presidente de EDUCA, Samuel Conde, fue enfático en declarar que el punto 3 de dicho comunicado constituye una flagrante violación al Pacto Nacional para la Reforma Educativa, cuyo único compromiso irrenunciable es el de no interrumpir las jornadas de docencias de los estudiantes de las escuelas públicas de la República Dominicana. Conde manifestó que “…EDUCA valora a la Asociación Dominicana de Profesores y a todos los sindicatos de la educación, reconoce su derecho a la protesta y a exigir reivindicaciones sectoriales, pero es enfática en señalar que no hay ninguna razón que justifique que miles de estudiantes dominicanos, y sobre todo los sectores más vulnerables, queden excluidos de recibir la cantidad y la calidad de la educación prevista en el currículo y en el calendario escolar. Estas medidas sustraen y debilitan todo el esfuerzo que la sociedad dominicana está haciendo para financiar con más y mejores recursos, años tras años, a la educación dominicana”.
La entidad empresarial destacó también que en materia de salario docente la República Dominicana ha experimentado un crecimiento notable y sostenido en los últimos años. Como puede observarse en el siguiente gráfico, en el año 2000, 2004 y 2006, un maestro de educación básica percibía un salario en torno al 5% por debajo del salario mensual devengado por un profesional universitario en 8 horas de trabajo.
A partir del año 2007, el salario de los educadores comenzó a recuperar posiciones frente al salario de estos profesionales, ubicándose un 47% por encima para el año 2013, año de inicio de la aplicación de la Ley 66-97 en cuanto a la entrega del 4% del Producto Interno Bruto a la educación preuniversitaria y formación docente, alcanzando el máximo histórico en el año 2017, cuando el maestro de educación básica devengó un salario de RD$56,090.10 en términos reales, representando un 94% por encima del promedio mensual del salario devengado por un profesional de nivel universitario laborando en régimen de 8 horas.
Asimismo, como nunca antes, la educación dominicana ha venido invirtiendo en la formación y capacitación docente. El siguiente gráfico deja en evidencia como el presupuesto destinado a esta función ha crecido de forma extraordinaria. El presupuesto asignado a formar y capacitar docentes alcanzó en 2018 los 3,829,690,000 pesos dominicanos (equivalente a 80 millones de dólares) lo que representa en la serie presentada indicada en el gráfico, una inversión 79 veces mayor.
Del mismo modo, la profesión y la función docente vienen recuperando prestigio y posicionamiento en la sociedad dominicana. Los concursos rigurosos y transparentes, poco a poco traen profesionalismo y compromiso. La gran mayoría de los docentes dominicanos son serios profesionales, comprometidos, y responsables por mejorar la calidad de la educación, y seguramente no acompañarán esta convocatoria al conflicto y a la vulneración de derechos que hace esta cúpula sindical. Es deber de todos los docentes, y responsabilidad de todos los dominicanos, proteger a todos los niños, niñas y adolescentes para que reciban la cantidad y la calidad de la educación que merecen. Nuestros niños no pueden ser los rehenes de reivindicaciones que protegen derechos particulares de algunos sectores o incluso personas. EDUCA llama a la sensatez. A la responsabilidad de todos y cada uno de los docentes, y, sobre todo, de aquellos centros educativos en contextos más vulnerables. “Juntos, y sólo juntos podemos construir una educación de calidad. Es imperioso unir esfuerzos para como sociedad elevar el nivel de nuestra educación”, sentenció el presidente de EDUCA, Samuel Conde.
