La entidad empresarial advierte los obstáculos y recomienda hacer de la pandemia una oportunidad para cambiar hacia la calidad. Sugiere el retorno progresivo a las aulas allí donde no haya riesgo y con autorización de las familias
Santo Domingo, 4 de noviembre 2020. EDUCA, Acción Empresarial por la Educación, compartió sus primeras impresiones sobre el inicio del calendario escolar oficial el pasado lunes 2 de noviembre. Al respecto, su presidente, Samuel Conde, señaló que “…ha sido valiente y llena de audacia la decisión del gobierno nacional y del ministerio de educación de que la educación no se detiene”. Manifestó que otros gobiernos de la región han optado por cerrar las puertas de la educación hasta que finalice la pandemia, generando con esto perjuicios invaluables para las generaciones actuales.
Dada las disposiciones sanitarias que restringen la movilidad de la población como medida para frenar los contagios de la Covid-19, el destacado empresario valoró como innovador el hecho de recurrir a estrategias multiplataformas utilizando la televisión, la radio, el material impreso y el uso de dispositivos electrónicos e internet allí donde fuera posible. “El uso de múltiples tecnologías y estrategias para que los estudiantes aprendan siempre es deseable; y aunque es prematuro evaluar sus resultados resulta creativo y sensato dada las realidades de los diferentes hogares del país.”
EDUCA, entiende también que este año se presentan desafíos que deben ser reconocidos y atendidos. “Los desafíos son múltiples y van desde los meramente educativos hasta aquellos relacionados con la logística, aspectos administrativos, infraestructura tecnológica y financieros.” En el detalle de estos elementos Samuel Conde enumeró: “entre los educativos podemos mencionar el desafío que representa minimizar el riesgo de salidas prematuras del sistema, conocido como deserción escolar. La UNESCO estima que serán 28 millones de niños y niñas en el mundo que no volverán a la escuela como consecuencia de la pandemia y nuestro gran objetivo como Nación es evitar que ninguno de estos sea dominicano. En segundo término, la calidad de los aprendizajes, que ya era una materia pendiente del sistema educativo dominicano. Por lo tanto, el desafío en materia de calidad es hacer de esta situación una oportunidad para cambiar en la dirección correcta. Hay claramente desafíos logísticos, como lo significa aportar el 75% de las kilocalorías diarias de cada estudiante sin que estos asistan a la escuela. Ni que decir de los desafíos en materia tecnológica, ya que las coberturas y capacidades de las redes de internet tendrán que irse ajustando para recibir el tráfico recurrente de más de 2.8 millones de estudiantes. No menor es el desafío financiero. El país enfrenta una de las caídas de la economía más abrupta de los últimos tiempos, y aunque esta es transitoria y se cuenta con el apoyo del financiamiento local e internacional para hacerle frente, se debe ser cuidadoso y eficiente, hoy más que nunca, en el uso de los recursos públicos. Sentenció el presidente de EDUCA.
Concluyó diciendo que, ante la adversidad el sistema se encamina hacia un modelo de educación híbrida combinando las diversas plataformas con la presencialidad. Por eso, en aquellas zonas en las cuales la pandemia esté controlada, bajo estrictos protocolos sanitarios y priorizando aquellos estudiantes más vulnerables es conveniente, más pronto que tarde, que los estudiantes vuelvan a las aulas. Para ello es sumamente relevante tener información de calidad para tomar decisiones debidamente fundamentadas. En las edades tempranas, por ejemplo, la presencialidad es insustituible, afirmó Conde.