Por Darwin Caraballo
Hacia finales de la década del ’50 del siglo pasado, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia se encontraba ante el enorme problema de alinear y coordinar a sus más de 500 mil familias productoras en torno a un mismo estándar de calidad. Esto, porque el café colombiano comenzaba a perder posiciones en el mercado global frente a sus competidores. Despojándose de sus egos, y de miradas miopes, y enfocados en el bien común los caficultores del país de Gabo finalmente se dejaron llevar de DDB (Doyle, Dane, Bernbach) una de las agencias más respetadas a nivel global en asesoría comercial. Así nació Juan Valdez como personaje y marca del café colombiano, representado por un logo que enseña a un típico campesino del café con sombrero y grandes bigotes, un pequeño burrito a su lado y unos cuantos sacos de café. La revista Portafolio informó recientemente que la alianza de los caficultores expresada en esta marca genera ingresos netos anuales superiores a los US$ 200 millones, y que tiene mucho que ver con que este tradicional producto siga siendo uno de los bienes de mayor exportación, solo superado por el petróleo y el carbón. [1]
La República Dominicana tiene una aspiración de larga data para avanzar en el bilingüismo. El Pacto Nacional para la Reforma Educativa de 2014, los planes decenales de educación 1992-2002 y 2008-2018 y el propio currículo vigente son evidencias donde se expresa esta intención que aún no logra materializarse. En parte, quizá, porque los esfuerzos han sido aislados y los pioneros y paladines del bilingüismo en el país han trabajado sin un marco común, coordinado y alineado en función de una estrategia nacional al respecto.
Por eso es de capital importancia lo sucedido los días 6 y 7 del presente mes de junio. Allí se dieron cita la Academia, el sector privado, los institutos especializados en la enseñanza del idioma inglés de las principales ciudades del país, con el objetivo de constituir una alianza múltiple, abierta y plural para diseñar y ejecutar una estrategia nacional y multicultural para una educación bilingüe.
A esta alianza conformada por MESCyT, MINERD, INAFOCAM, ISFODOSU e INFOTEP por el sector público; la Asociación Dominicana de Universidades (ADOU), la Asociación Dominicana de Rectores Universitarios (ADRU), UNAPEC, UCE, el Centro Cultural Dominico Americano y el Instituto Cultural Dominico Americano, por la academia; y el CONEP, ANJE, AIRD, ADOZONA, ASONAHORES, AMCHAMRD y EDUCA por el sector privado, se le ha encomendado el desafío de proponer una estrategia nacional y de elaborar un plan, para comenzar su ejecución en el inicio del próximo calendario escolar que hoy ya sabemos iniciará el día 28 de agosto.
No es imposible porque no se partirá de cero. No se inventará la rueda, ni el agua caliente, como alguien calificó. Tampoco la alianza se apropiará ni de ideas ajenas, ni se adjudicará autorías que todo el mundo sabe de sobra que no le corresponden. Menos aún pecará de la fatal arrogancia que el maestro Hayek advirtió. Integrará sí, lo mucho y bueno que el país ha desarrollado en la materia en procura de fortalecer y facilitar el aprendizaje de todos los estudiantes en las dos lenguas que conformarán la propuesta bilingüe: español e inglés. Esto, con la meta como propuso el señor Presidente de la República, Luis Abinader, de lograr que todos los estudiantes al culminar la secundaria en 2036 acrediten suficiencia en la lengua oficial de la República Dominicana, y estén también certificados, al menos en el nivel B1, en lengua inglesa según el marco común europeo.[2]
Como dijo el Dr. Alex Marrero, conferencista del Simposio, dominicano, y superintendente de las escuelas de Denver, Colorado en USA, “ser bilingüe es tener un superpoder en el mundo actual y eso se paga”. El aporte de los doctores Marrero y Collado, expertos educadores en los Estados Unidos, dominicanos y patriotas como Duarte, Sánchez y Mella, es un super poder de esta alianza. Un super poder que llega desde la diáspora, que ve ahora en este esfuerzo una pista de aterrizaje para traer todo su talento y sapiencia a este esfuerzo de Nación, que trasciende tiempos políticos y horizontes gubernamentales.
Esta alianza es una buena noticia para la educación de la República Dominicana, que debe ser difundida y divulgada. Es abierta y recibirá de brazos extendidos a todas aquellas instituciones, organizaciones, empresas y casas de estudio que se quieran sumar. Claro, siempre y cuando como en el ejemplo de los caficultores colombianos, estén dispuestos a despojarse de los egos e intereses particulares en procura del bien común.
Por eso cuando pasen por Colombia y tengan oportunidad de beberse un buen café en alguna de las tiendas de Juan Valdez recuerden, al apreciar su logo, el éxito de esta alianza, también de los sacos de café, del campesino de bigote grande, y sobre todo del burrito, ese que por conveniencia se sitúa a la izquierda de la imagen.
[1] https://www.portafolio.co/negocios/empresas/juan-valdez-reporto-ganancias-de-medio-billon-de-pesos579625l. También véase: https://oec.world/es/profile/country/col#:~:text=Acerca%20de&text=Exportaciones%3A%20Las%20principales%20exportaciones%20de,Brasil%20(%242%2C07MM).
[2] El Presidente Abinader hizo esta proyección de forma de asegurar que los estudiantes que ingresen al primer grado de la educación primaria en 2023-2024 logren los niveles de suficiencia en español e inglés a momento de graduarse, lo cual comenzará a ocurrir en 2035-2036.
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