Por Nataly Peña
Introducción
La educación es el cimiento sobre el cual se construye el futuro de una nación. Sin embargo, en la República Dominicana, la percepción de la calidad educativa parece balancearse entre la resignación y la esperanza. Los hallazgos del Informe de Encuesta de Opinión Pública sobre la Calidad Educativa (Educa, 2024) revelan una paradoja inquietante: mientras más instruida es una persona, menos confianza tiene en la calidad del sistema educativo. ¿Es esto un reflejo de una expectativa más alta o una señal de que, con más conocimiento, es más fácil identificar las fallas? Esta nota de trabajo busca analizar y cuestionar críticamente estas percepciones, explorando qué nos dicen los datos y qué se esconde detrás de ellos.
Análisis de los gráficos: Percepción de la calidad educativa y su relación con el nivel de instrucción
El gráfico 1 nos muestra una realidad contundente: el 59.00% de los encuestados considera que la calidad de la educación es “regular”, un término que parece más un eufemismo para “insuficiente” que una valoración realista. Solo un 19.50% cree que los estudiantes salen bien preparados, mientras que un porcentaje idéntico opina que la educación es directamente “mala”. Esto sugiere que la percepción pública no ve el sistema educativo como un motor de movilidad social confiable, sino como una estructura que apenas cumple con lo mínimo.
Gráfico 1. Percepción de la calidad de la educación dominicana.
Ahora, el gráfico 2 desglosa esta percepción según el nivel educativo alcanzado. Aquí es donde el panorama se torna aún más revelador: entre aquellos con menos de 8vo de básica, el 34.10% cree que la calidad educativa es buena, mientras que esta cifra se desploma a un alarmante 10.10% entre quienes tienen una carrera universitaria y a un rotundo 0% en quienes poseen un postgrado. Es como si la educación, en lugar de aumentar la confianza en el sistema, expusiera sus fallas de manera más clara.
Gráfico 2. Percepción de la calidad de la educación dominicana según máximo nivel educativo alcanzado.
Reflexión crítica: ¿Qué nos dicen realmente estos datos?
Este fenómeno puede explicarse de varias maneras. Por un lado, quienes tienen menos educación podrían evaluar la calidad en función de su experiencia limitada y compararla con oportunidades aún más precarias. En cambio, quienes han tenido acceso a un nivel académico más alto pueden ver con mayor claridad las deficiencias estructurales: la falta de pensamiento crítico en los egresados, las deficiencias en la comprensión lectora y el uso de metodologías obsoletas.
Aquí surge una pregunta inevitable: ¿es el sistema educativo un espejismo que parece funcional desde lejos, pero se desmorona cuando se examina de cerca? Más preocupante aún, si los más preparados son los más críticos, ¿quién está liderando los cambios educativos? ¿Son las personas con mayor formación quienes están en posiciones de poder para mejorar la educación, o son los que han aprendido a navegar las deficiencias y adaptarse a ellas?
Conclusión
La percepción de la calidad educativa en la República Dominicana no es homogénea, sino que varía en función del nivel educativo de los encuestados. Esta disparidad es una alerta para la formulación de políticas públicas: si quienes más saben son los más críticos, ¿por qué no estamos escuchando sus advertencias?
Es momento de transformar la educación en algo más que una promesa y convertirla en un motor real de cambio. No podemos permitir que la educación siga siendo vista como un tren que llega a su destino con retraso y con pocos pasajeros listos para afrontar el viaje de la vida. La educación de calidad no debería ser una percepción; debería ser una realidad innegable.
Para ello, es imprescindible un compromiso real de todos los actores del sistema educativo: gobierno, docentes, estudiantes, familias y la sociedad en general. Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos garantizar que la educación dominicana no solo sea vista como una herramienta de movilidad social, sino como un derecho fundamental que se ejerce con calidad y equidad para todos.
Las Notas de Trabajo son instrumentos que utiliza el Equipo Técnico de EDUCA a la hora de investigar sobre un determinado tema vinculado a la educación. Las Notas de Trabajo constituyen insumos fundamentales para posiciones institucionales reflejadas en productos publicables de la institución. Las Notas de Trabajo no necesariamente comprometen la opinión de la institución ni de los miembros de su Junta Directiva.