Nota de trabajo #110: Evaluación enfocada en el aprendizaje: estrategias para transformar la enseñanza

Por Dr. Leonel de la Cruz Morla
Mentor – Proyecto Centros de Innovación

Resumen

La evaluación orientada a los aprendizajes constituye un pilar fundamental en el proceso educativo, ya que no se limita a calificar el desempeño del estudiantado, sino que actúa como una herramienta formativa que identifica necesidades individuales y potencia el desarrollo integral del alumno dentro de un marco pedagógico reflexivo y transformador. Coherente con esa visión educativa, se desarrolló este estudio a partir de un diseño cualitativo que combina dos enfoques complementarios: una revisión teórica en diferentes bases de datos académicas sobre la evaluación y un análisis de experiencias prácticas durante un año escolar en dos centros educativos de la República Dominicana. El artículo se realizó bajo una metodología analítica y crítica, con el objetivo de replantear el rol de la evaluación como herramienta para el aprendizaje y no solo como medición de resultados. La triangulación entre los hallazgos teóricos y las experiencias prácticas permitió enriquecer la comprensión del enfoque, así como identificar desafíos y oportunidades en la implementación real y efectiva de la evaluación procesual; lo que llevó a concluir que, la evaluación formativa es clave para mejorar el aprendizaje, al ofrecer retroalimentación oportuna que guía al estudiante en su proceso y permite ajustar la enseñanza de manera continua.

Palabras clave: Evaluación formativa, retroalimentación oportuna, práctica docente, aprendizaje.

Abstract

Learning-oriented assessment is a fundamental pillar of the educational process, as it is not limited to grading student performance but acts as a formative tool that identifies individual needs and enhances student development within a reflective and transformative pedagogical framework. Consistent with this educational vision, this study was developed based on a qualitative design that combines two complementary approaches: a theoretical review of different academic databases on assessment and an analysis of practical experiences during a school year in two educational centers in the Dominican Republic. The article was conducted using an analytical and critical methodology, with the aim of rethinking the role of assessment as a tool for learning and not just as a measurement of outcomes. The triangulation of theoretical findings and practical experiences allowed for a richer understanding of the approach, as well as for identifying challenges and opportunities in the actual and effective implementation of process-based assessment. This led to the conclusion that formative assessment is key to improving learning, by providing timely feedback that guides students in their process and allows for continuous adjustments in teaching.

Keywords: Formative assessment, timely feedback, teaching practice, learning.

1. Fundamentación teórica

La educación dominicana enfrenta el desafío urgente de transformar sus prácticas pedagógicas para responder a las necesidades reales de aprendizaje de los estudiantes. A pesar de los avances en cobertura y acceso, los resultados en evaluaciones nacionales e internacionales han evidenciado profundas brechas en la comprensión lectora, el pensamiento lógico y la aplicación del conocimiento. En este contexto, la evaluación sigue siendo percibida, en muchos casos, como un fin en sí misma, centrada en calificar más que en comprender cómo y cuánto aprenden los estudiantes (Ramírez et al., 2022). Esta visión limita el potencial formativo de la evaluación como herramienta para mejorar la enseñanza y guiar el aprendizaje de manera significativa (Moya-Muñoz et al., 2025).

Transformar la evaluación en un proceso enfocado en el aprendizaje implica repensar las estrategias utilizadas en el aula, promoviendo una cultura de retroalimentación constante, autorreflexión y acompañamiento pedagógico (Del Jesús, 2022; Ministerio de Educación de la República Dominicana [MINERD], 2013). No se trata solo de medir resultados, sino de generar evidencias que permitan ajustar la práctica docente y atender las diversas formas en que los estudiantes construyen conocimiento. En este marco, surge la necesidad de desarrollar e implementar estrategias evaluativas coherentes con un enfoque formativo, que sitúen al estudiante en el centro del proceso y conviertan la evaluación en una oportunidad real para enseñar y aprender mejor (MINERD, 2025; Ramírez et al., 2022).

Uno   de   los   aspectos   más   relevantes   de   la   evaluación formativa está centrado sin duda en la retroalimentación, en la medida que la misma permite al estudiante no solo determinar cuáles han sido sus avances, sino cuales son los aspectos que debe mejorar y lo que aún debe aprender. Es fundamental en la retroalimentación que el mismo estudiante se dé cuenta de los errores eventuales que vaya a cometer para que ello no sea reiterativo (Cruzado, 2022, p. 149).

Evaluación enfocada en el aprendizaje constituye una estrategia para transformar la enseñanza, permitiendo una educación más inclusiva y personalizada. Es considerada clave fundamental para garantizar un proceso educativo transformador, empático, flexible y que fomente el éxito de todos los estudiantes. En este sentido, las estrategias pedagógicas deben adaptarse a la diversidad de necesidades del alumnado, poniendo en práctica la enseñanza en función a los estilos de aprendizajes. La práctica docente que integra la evaluación al proceso de enseñanza facilita el desarrollo del pensamiento lógico y el nivel de dominio de las competencias curriculares, ya que permite identificar oportunamente las dificultades de los estudiantes y adaptar las estrategias pedagógicas para fortalecer su aprendizaje (MINERD, 2022; Sevillano et al., 2024).

En el marco de la educación dominicana, existen diferentes documentos institucionales que sustentan la evaluación y sus diferentes tipos como una estrategia para potenciar la calidad del a educación, priorizando aprendizajes significativos en el estudiantado. En efecto, la ordenanza vigente que rige el sistema de evaluación de los aprendizajes en los tres niveles educativos preuniversitario es la 04-2023. Por su parte el currículo educativo orienta los tipos de evaluación según los actores que participan: autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación, y de acuerdo con su función o momento: diagnóstica, formativa y sumativa. Cada uno de estos tipos de evaluaciones tienen su importancia, partiendo del objetivo o el motivo de esta, no obstante, este estudio ha centrado su radio de acción en la evaluación formativa por ser la que se aplica para el aprendizaje, mejora el proceso, y como aprendizaje, desarrolla autonomía en el estudiante (Stiggins, 2005). Asimismo, el currículo sugiere el siguiente conjunto de estrategias y técnicas de evaluación, las cuales orientan al desarrollo de competencias:

  • Observación de un aprendizaje
  • Registro anecdótico
  • Elaboración de mapas conceptuales
  • Portafolios
  • Diarios reflexivos de clase
  • Debates
  • Entrevistas
  • Puestas en común
  • Intercambios orales
  • Ensayos
  • Resolución de problemas
  • Casos para resolver
  • Pruebas situacionales
  • Actividades individuales y grupales
  • Mapas conceptuales
  • Mapas mentales
  • Diagramas

Es importante enfatizar que algunas de estas estrategias de evaluación pueden, al mismo tiempo, cumplir funciones de aprendizaje, y viceversa. En efecto, toda actividad de evaluación, cuando se concibe desde un enfoque formativo, se convierte también en una instancia significativa de aprendizaje. Esta interrelación evidencia que la evaluación no debe entenderse como un proceso aislado o finalista, sino como una práctica pedagógica integrada que retroalimenta, orienta y potencia el desarrollo cognitivo y metacognitivo del estudiante a lo largo del proceso educativo (MINERD, 2016, OCDE, 2013).

La evaluación educativa ha evolucionado significativamente en las últimas décadas, pasando de ser una herramienta meramente sumativa para convertirse en un proceso integral que acompaña y potencia el aprendizaje (Sadler, 1989). En la República Dominicana, el Ministerio de Educación ha impulsado reformas orientadas a transformar la evaluación en un recurso al servicio del aprendizaje, promoviendo prácticas más inclusivas y centradas en el estudiantado. Según Ramírez et al. (2022), estas reformas buscan realinear las evaluaciones con una nueva realidad curricular, orientando cambios y retroalimentando al sistema con información pertinente sobre los aprendizajes. Además, la evaluación se concibe como un proceso continuo y formativo que examina todos los elementos que intervienen en el proceso educativo, incluyendo los educadores, los alumnos, la familia, el entorno social y los recursos empleados (Del Jesús, 2024). Esta perspectiva amplia y articulada de la evaluación configura un cambio de paradigma que promueve una educación formativa, inclusiva y centrada en el desarrollo de competencias clave para el aprendizaje significativo.

A lo largo del tiempo, la concepción de la evaluación ha experimentado una transformación significativa, dejando atrás su carácter meramente cuantitativo para convertirse en una herramienta integral al servicio del aprendizaje. En este marco, se distinguen tres enfoques clave: la evaluación del aprendizaje, para el aprendizaje y como aprendizaje. La primera se centra en los resultados alcanzados por el estudiante al final de un proceso; la segunda se utiliza como herramienta para retroalimentar y ajustar la enseñanza en función de las necesidades detectadas; y la tercera promueve la autorregulación, permitiendo que los propios estudiantes participen activamente en la construcción de su aprendizaje. La evaluación, entendida desde una mirada más integral, marca un giro hacia una enseñanza centrada en el desarrollo de competencias. Como afirma Rosario-Carela (2022), “las estimaciones para los próximos tiempos deben estar consustanciados con las formas de enseñar y aprender, así como la utilización de sistemas de evaluación cónsonos y justos, adaptadas a estas nuevas realidades” (p. 1552). Cada uno de estos tipos de evaluación ha estado presente en el sistema educativo dominicano; el desafío actual consiste en clarificar sus objetivos específicos y fortalecer aquellos enfoques que promuevan y acompañen el aprendizaje.

La evaluación del aprendizaje se refiere al proceso de medir y juzgar los conocimientos, habilidades y competencias adquiridas por los estudiantes al final de un período de instrucción. En el contexto dominicano, esta forma de evaluación se ha tradicionalmente centrado en la aplicación de pruebas estandarizadas, como las Pruebas Nacionales, que buscan determinar el nivel de logro de los estudiantes en relación con los objetivos curriculares establecidos. Sin embargo, se ha reconocido que este enfoque puede no reflejar completamente el desarrollo integral de los estudiantes y su capacidad para aplicar el conocimiento en contextos reales (Rosario-Carela, 2022).

Por otro lado, la evaluación para el aprendizaje se enfoca en utilizar los resultados de la evaluación para informar y mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje. En la República Dominicana, el Ministerio de Educación ha promovido la implementación de evaluaciones formativas que permiten a los docentes identificar las necesidades de los estudiantes y ajustar sus estrategias pedagógicas en tiempo real. Estas evaluaciones proporcionan retroalimentación continua, fomentan la participación activa de los estudiantes en su propio proceso de aprendizaje y contribuyen a una enseñanza más personalizada y efectiva (MINERD, 2024).

Finalmente, la evaluación como aprendizaje implica que los estudiantes se conviertan en participantes activos en el proceso evaluativo, desarrollando habilidades de autoevaluación y reflexión crítica sobre su propio aprendizaje. Este enfoque promueve la autonomía del estudiante y su capacidad para identificar sus fortalezas y áreas de mejora. En el escenario pedagógico nacional, se ha enfatizado la importancia de formar a los estudiantes en estas competencias metacognitivas, con el fin de que puedan gestionar su propio aprendizaje de manera más efectiva y significativa (Mariñez, 2024).

 

2. Metodología

Este estudio se desarrolló a partir de un diseño cualitativo que combina dos enfoques complementarios: una revisión teórica sobre la evaluación formativa y un análisis de experiencias prácticas en dos centros educativos.

En primer lugar, se realizó una revisión narrativa de la literatura con el objetivo de explorar conceptos clave, enfoques y estrategias vinculadas a la evaluación, poniendo énfasis en la formativa. La búsqueda se efectuó en diferentes bases de datos académicas y la plataforma institucional del Ministerio de Educación de la República Dominicana.

En segundo lugar, se incorporó el análisis de la experiencia en dos centros educativos del contexto de la República Dominicana: La Escuela Buenos Aires, perteneciente al Distrito Educativo 17-01 de Yamasá, de zona rural y que atiende a 510 estudiantes. Por su parte, la escuela Andrés Díaz corresponde al Distrito Educativo 17-05 de Peralvillo, de zona urbana y con tiene una matrícula de 330 estudiantes. Ambos centros educativos son del sector público, nivel primario, con grados del nivel inicial y en los cuales se implementaron prácticas de evaluación formativa. Sus familias son de clase baja y una minoría de clase media; la gran mayoría de personas de estas comunidades trabajan en la agricultura, algunos poseen pequeños negocios, otros son empleados en instituciones estatales. Esta parte del estudio se abordó mediante observación directa, revisión de documentos institucionales y entrevistas breves con docentes, con el fin de contextualizar los hallazgos teóricos y aportar una visión aplicada de la temática.

La triangulación entre los hallazgos teóricos y las experiencias prácticas permitió enriquecer la comprensión del tema abordado, así como identificar desafíos y oportunidades para la implementación real y efectiva de la evaluación formativa. Los principales objetivos planteados para este estudio buscan:

  • Replantear el rol de la evaluación como herramienta para el aprendizaje y no solo como medición de resultados.
  • Explorar estrategias de evaluación formativa aplicables en el contexto preuniversitario dominicano.
  • Brindar orientaciones prácticas para implementar una evaluación más inclusiva, continua y significativa.
  • Fomentar una cultura evaluativa centrada en el desarrollo de competencias y la retroalimentación efectiva.

 

3. Desarrollo de la mentoría

En la República Dominicana, la mentoría ha emergido como una estrategia clave para el fortalecimiento profesional del personal docente y la mejora de los procesos pedagógicos en los centros educativos. Su implementación responde a la necesidad de acompañar, orientar y apoyar a los educadores en el desarrollo de competencias que favorezcan una práctica reflexiva, colaborativa y centrada en el aprendizaje. Este enfoque, alineado con políticas de mejora continua y de calidad educativa, plantea nuevos retos y oportunidades para consolidar comunidades de aprendizaje sostenibles dentro del sistema educativo nacional.

En el marco de la mentoría implementada como parte del programa Centros Educativos de Innovación, se desarrollaron acciones de acompañamiento y seguimiento pedagógico dirigidas a fortalecer los procesos de enseñanza y aprendizaje en escuelas del nivel primario. De manera específica, esta intervención se llevó a cabo durante el año escolar 2024-2025 en dos centros educativos pertenecientes a la Regional 17, provincia Monte Plata: la Escuela Primaria Buenos Aires, distrito educativo 17-01 de Yamasá y la Escuela Primaria Andrés Díaz, del distrito educativo 17-05 Peralvillo. La estrategia priorizó el acompañamiento pedagógico, la observación directa, la reflexión colaborativa con los docentes y la retroalimentación continua con el propósito de impulsar prácticas más efectivas y contextualizadas.

Uno de los principales focos de atención fue la evaluación formativa, entendida como una práctica que, más allá de medir, orienta el proceso de enseñanza y aprendizaje en tiempo real (Wiliam & Black, 1998). En ambas escuelas, se promovió un uso pedagógico de la evaluación centrado en la mejora del aprendizaje, mediante la identificación oportuna de avances, dificultades y necesidades específicas de los estudiantes. Según autores como Sadler (1989), la retroalimentación efectiva solo es significativa cuando proporciona información que el estudiante puede usar para cerrar la brecha entre su desempeño actual y el deseado.

La mentoría contribuyó a fortalecer la práctica docente, generando espacios para el análisis crítico de la enseñanza y la construcción compartida de estrategias de evaluación. Tal como plantea Stiggins (2005), cuando los docentes desarrollan competencias para evaluar de manera formativa, se convierten en facilitadores del aprendizaje más que en meros calificadores. La incorporación sistemática de esta perspectiva permitió evidenciar mejoras en la planificación, el uso intencional de la retroalimentación, y el diseño de actividades más alineadas con los objetivos de aprendizaje.

En suma, este proceso de acompañamiento favoreció la instalación de una cultura de evaluación al servicio del aprendizaje, articulando teoría y práctica desde una mirada reflexiva y situada, en coherencia con los principios de una educación de calidad y centrada en el estudiante (OCDE, 2013).

De manera concreta, la evaluación enfocada en los aprendizajes en estos centros educativos es valorada como esencial y muy pertinente conforme al enfoque de competencia que plantea el contexto educativo dominicano, especialmente con los cambios curriculares y los desafíos de lograr una educación más equitativa y significativa. Con ella se buscó fomentar las siguientes prácticas:

  • Dejar atrás la evaluación como castigo o simple medición.
  • Retroalimentación efectiva y motivadora
  • Estrategias prácticas para evaluar procesos, no solo resultados.
  • Evaluación centrada en competencias
  • Evaluar más allá de los contenidos memorísticos
  • Comprender cómo la evaluación puede motivar o desmotivar al estudiante
  • Evaluar considerando contextos diversos
  • Uso de instrumentos y estrategias de evaluación diversas.

 

A continuación, dos casos de estudio, que, de forma detallada, ponen de manifiesto como se han experimentado resultados efectivos en los aprendizajes del estudiantado desde el enfoque de la evaluación formativa.

Experiencia 1: Comprendiendo con Propósito en 5.º grado.

En una escuela primaria rural, la docente de 5.º grado, Mariana, notó que sus estudiantes podían leer textos en voz alta con fluidez, pero no lograban responder con precisión preguntas inferenciales ni explicar lo que leían.

Partiendo del caso presentado la docente desarrolló una acción formativa. En lugar de aplicar una prueba tradicional de comprensión lectora, Mariana implementó una estrategia de evaluación formativa que consistió en:

Eligió un cuento breve (“El árbol generoso”) y pidió a los estudiantes que lo leyeran en parejas. Luego, cada pareja debía crear tres preguntas para sus compañeros, clasificándolas como: literal, inferencial y crítica. Posteriormente, intercambiaban preguntas con otra pareja y respondían por escrito. Finalmente, hacían una reflexión grupal: ¿Cuál fue la pregunta más difícil? ¿Por qué? ¿Qué necesitamos para mejorar?

Resultados:

La docente identificó que los estudiantes tenían dificultades en las preguntas inferenciales. En lugar de “poner una nota”, Mariana usó la información para planificar actividades centradas en hacer inferencias. Dos semanas después, repitió la estrategia con un nuevo texto, y los estudiantes mostraron avances en la formulación y comprensión de preguntas inferenciales. En definitiva, la evaluación se usó para guiar el aprendizaje, no solo medirlo. Además, se logró estudiantes más activos y la docente con información ajustó su enseñanza basándose en evidencias concretas útil para decidir.

Experiencia 2. Desarrollo del pensamiento lógico

“Pedrito y Luis fueron al mercado y compraron juntos un melón por $58 pesos y dos plátanos maduros por $26. Ambos intentaron sumar el total que debían pagar, pero curiosamente, cada uno obtuvo un resultado diferente. Ahora necesitan ayuda para resolver el problema correctamente. ¿Cuál es el total correcto? ¿Dónde pudo estar el error?”

La acción de evaluación formativa que desarrolló la docente, no se limitó a que el estudiantado identifique la respuesta correcta, no da la respuesta, sino que: Plantea el problema al grupo, los divide en dos equipos y les pide explicar cómo lo sumarían.

En grupos, los estudiantes analizan posibles errores: ¿confusión al sumar?, ¿olvidaron el valor de posición?, ¿interpretaron mal los precios? Luego, cada grupo presenta su proceso y resultado. La docente desarrolla la siguiente reflexión guiada, con las siguientes preguntas:

¿Qué hizo que algunos llegaran a resultados diferentes?

¿Cómo podemos verificar una suma con distintos métodos?

Resultados:

Se identificaron errores comunes:

Sumar $58 + $29 como si fuera 5 + 2 y 8 + 9 → Error por cálculo mental inexacto y se observó omitir el valor de posición. En efecto, la docente ajustó actividades para reforzar estrategias de suma y verificación, tales como:

  1. Cambio del orden de los sumandos (Propiedad conmutativa)

¿Si 58 + 29 = ?, también se puede calcular 29 + 58. El resultado debe ser el mismo.

  1. Descomposición de números

Separar los números en decenas y unidades:
58 = 50 + 8
29 = 20 + 9
Luego sumar paso a paso:
50 +20 =70
8 + 9   = 17
70 + 17 = 87

  1. Estimación aproximada

Redondear para ver si el resultado tiene sentido:
58 ≈ 60
29 ≈ 30
60 + 30 = 90

Entonces el resultado real debe estar cerca de 90, un poco por debajo, → útil para detectar errores grandes.

  1. Uso de la recta numérica

Comenzar en 58 y avanzar 29 unidades. Visualizar el salto ayuda a comprender la suma como un desplazamiento.

  1. Verificación inversa con la resta

Si 58 + 29 = 87, entonces:
87 − 58 = 29 o
87 − 29 = 58

 

Estos planteamientos confirman que la suma es correcta, o cuando menos, ayudar a identificar un resultado aproximado. Y son diferentes estrategias que utiliza la docente para desarrollar un determinado tema buscando la forma de que todo el alumnado presente comprenda el tema de alguna manera. En los centros educativos de innovación que se han implementado estrategias similares a estas se pudo comprobar que los estudiantes ganaron confianza para explicar sus procesos matemáticos y de comprensión lectora. Más que buscar una respuesta correcta, la evaluación formativa reveló cómo piensan los estudiantes, permitiendo a la docente intervenir donde realmente se necesita. Aprendieron a detectar errores, y aprovecharlo de forma positiva, justificarse y mejorar su pensamiento matemático.

Definitivamente, el error en la evaluación formativa es considerado como oportunidad para fomentar el aprendizaje y la confianza. Visto desde el enfoque del currículo MINERD (2016) los errores brindan información valiosa tanto al docente como al estudiante, ya que permiten ajustar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Comprender la lógica del error ayuda al estudiante a corregirlo y mejorar su aprendizaje. Lejos de ser un obstáculo, el error puede convertirse en una oportunidad para la reflexión y la metacognición tanto del estudiante como del docente.

 

4.  Conclusiones

Los hallazgos de esta investigación, sustentada en una revisión sistemática de la literatura y el análisis contextualizado de dos experiencias escolares, confirman que la evaluación formativa no solo mejora los resultados académicos, sino que transforma la manera en que docentes y estudiantes interactúan con el conocimiento. Tanto desde el marco teórico como desde la práctica observada, se evidencia que cuando la evaluación es comprendida como parte integral del proceso de enseñanza-aprendizaje, permite detectar a tiempo las dificultades, orientar la intervención pedagógica y fortalecer competencias esenciales como la comprensión lectora y el pensamiento lógico. Este doble enfoque metodológico, que articula teoría y práctica, valida la pertinencia de una evaluación centrada en el aprendizaje más que en la calificación.

En los centros educativos acompañados, el uso intencional de estrategias formativas permitió avanzar hacia una cultura evaluativa más reflexiva y participativa. En el caso de la comprensión lectora, la retroalimentación continua impulsó mejoras visibles en la interpretación de textos y la expresión crítica de ideas. De forma paralela, en el desarrollo del pensamiento lógico, la evaluación procesual facilitó el seguimiento del razonamiento matemático y la identificación de patrones de error que antes pasaban desapercibidos. Estos resultados refuerzan el llamado a repensar la evaluación como una herramienta ética y transformadora, capaz de empoderar al estudiante y de elevar la calidad de la enseñanza desde una mirada inclusiva, contextualizada y formativa.

La mentoría y la retroalimentación oportuna constituyen elementos fundamentales para fortalecer el proceso de enseñanza y aprendizaje, al propiciar el desarrollo profesional docente, fomentar prácticas pedagógicas reflexivas y mejorar significativamente los resultados educativos.

En definitiva, un resultado no esperado, lejos de ser un obstáculo, constituye un recurso pedagógico fundamental en el ámbito de la evaluación formativa. Su aprovechamiento permite no solo diagnosticar dificultades de aprendizaje, sino también promover procesos de retroalimentación significativa que orientan la mejora continua del estudiante. Reconocer el valor formativo del error implica adoptar una perspectiva evaluativa centrada en el desarrollo, la autorregulación y la construcción activa del conocimiento, elementos esenciales para una enseñanza verdaderamente transformadora.

A partir de estos hallazgos, se recomienda fortalecer la formación docente en evaluación formativa, integrando enfoques centrados en la retroalimentación, la autorregulación del aprendizaje y la planificación basada en evidencias. Asimismo, resulta esencial que las políticas educativas fomenten espacios institucionales para el acompañamiento pedagógico y la reflexión sobre la práctica evaluativa. Como proyección futura, este estudio abre la posibilidad de profundizar en investigaciones aplicadas que vinculen la evaluación formativa con otros dominios del desarrollo cognitivo, afectivo y social del estudiante. Además, se sugiere replicar esta metodología mixta en distintos niveles y contextos educativos, a fin de validar su impacto en la mejora continua de los aprendizajes y en la consolidación de una cultura evaluativa más justa, inclusiva y transformadora.

5. Referencias Bibliográficas

Las Notas de Trabajo son instrumentos que utiliza el Equipo Técnico de EDUCA a la hora de investigar sobre un determinado tema vinculado a la educación. Las Notas de Trabajo constituyen insumos fundamentales para posiciones institucionales reflejadas en productos publicables de la institución. Las Notas de Trabajo no necesariamente comprometen la opinión de la institución ni de los miembros de su Junta Directiva.

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